El nuevo establecimiento de la avenida León Herrero llama la atención por su decoración con muebles y materiales reciclados. La cocina también ofrece propuestas innovadoras
Texto: Pepe Monforte
Un rulo de los que sirven para almacenar los grandes cables que se colocan por las tuberías ha sido transformado en una vistosa mesa que ocupa una esquina del local. A su lado algunos sillones que han sido tapizados con tela de saco, de los que se utilizaban para los garbanzos. En una de las paredes una librería, en la que hay una buena colección de volúmenes. Delante una mesa larga con sillas de diferentes tipos, desde las de un comedor de los años 60 hasta un banco. En en suelo las losas hidraúlicas se alternan con otras de color marrón oscuro. El mostrador está formado por cierros de balcones adornados con macetas. Arriba unas bombillas desnudas, desprovistas de adorno y suspendidas de un cable.
Todo se ve desde fuera gracias a los grandes ventanales en los que están escritos el nombre del bar, “Cinco Sentidos”. El sitio se define como tapería y lo cierto es que llama la atención. Abrieron, en la esquina de la avenida Almirante León Herrero con la calle Marismas, el pasado Viernes Santo, 3 de abril. El proyecto es de los empresarios Javier Manzano de Chiclana y Sergio García de Sevilla. Ellos mismos se han ocupado de la decoración.
El toque diferente también en los camareros que visten un uniforme con pantalon y camisa vaquera y un mandil negro. Al cuello una llamativa pajarita roja. Tratan, señalan, de que “aquí disfruten los cinco sentidos, de ahí el nombre”.
Pero la originalidad del sitio se traslada también a lo gastronómico. La carta de vinos llama también la atención. Es responsabilidad de Fran Reguera, el jefe de sala del local. Estuvo en los orígenes de Aponiente, en El Puerto de Santa María. La propuesta no es muy amplia, 14 etiquetas y todas se pueden tomar por copas. La oferta irá variando según Reguera. “Es una carta romántica, en línea con el local. He seleccionado vinos que me gusten. No son los habituales”. De hecho sólo hay dos Riojas y un Ribera del Duero.
De la cocina se ocupa otro conocido de la hostelería provincial, el cocinero Antonio Caramé. Ha pasado por diferentes puntos de España y lleva ya más de un año en su tierra natal, la provincia de Cádiz. Ahora ha aceptado la dirección gastronómica de Cinco Sentidos “porque la propuesta de Javier y Sergio me ha parecido interesante”. Caramé señala que la cocina de Cinco Sentidos “irá evolucionando en función, sobre todo, de lo que nos digan nuestros clientes. Nuestra idea es hacer una cocina trabajada, con productos de la zona pero con presentaciones novedosas, con algunos toques creativos, pero queremos tener muy en cuenta lo que digan las personas que vienen”.
La oferta es amplia, unas treinta propuestas, en las que hay desde clásicos como una ensaladilla de gambas a una pluma ibérica de bellota acompañada de patatas y pimientos del piquillo confitados, una guarnición pra la carne muy habitual en el País Vasco. Pero las innovaciones comienzan ya por las croquetas cuyos rellenos van variando. Ahora las tienen de pollo, jamón y hierbabuena o de bacalao con piñones. Hay unas patatas bravas hechas al estilo de Sergi Arola, unos cubos confitados y luego fritos con un hueco donde va la salsa picante. Caramé, formado a si mismo, gusta de versionar platos creativos. Sus tortillitas, hechas con harina de trigo y garbanzos, en vez de rellenas de camarones llevan lechuga de mar, un alga de la Bahía de Cádiz.
El pincho moruno es de cordero y va acompañada de una ensalada taboulé, una fórmula libanesa. Hay tartar, pero de salmón y foie (cien por cien hígado de pato) con una original combinación con dulce de leche. No falta tampoco un carpaccio de ternera ahumada o una hamburguesa de retinta presentada en un pan tipo brioche realizado por la prestigiosa panadería sevillana de Fidel Pernia, Masa Bambini.

Tres de las propuestas de Cinco Sentidos. El roastbeef de presa ibérica con manteca colorá y "cracket" de mollete, la carrillada de ternera con graten de queso de cabra y gnochis y la torrija con helado de turrón. Fotos: Cedidas por Antonio Caramé.
Caramé señala que no faltará tampoco un guiso del día como en menudo o unas papas con carne. Hay guiños a la cocina de San Fernando con la presencia de la lisa de estero que va frita, a la gaditana, presentada en taquitos, pero con su espina al lado. Hay también merluza a la romana con una mayonesa de anchoas y unos chips de yuca.
El cocinero también incluye uno de sus platos más queridos, el salmorejo. “Lo hago denso y sin vinagre, como dicta la receta tradicional, y con pan. Por encima lleva un poco de jamón ibérico y un huevo de codorniz”.
Los “medios platos” como denomina Caramé a sus propuestas están entre los 2,60 (las tortillitase de algas) y los 8 ,50 euros de una tabla de quesos de la Sierra de Cádiz que se presenta sobre un original plato que simula un palet de madera.
Lo único más caro son los cortes de carne, como el solomillo de retinto, el lomo bajo y la presa ibérica que van a 15 euros, aunque en este caso no son medios platos, sino completos.
Los postres también son caseros como una torrija caramelizada con turrón helado o una versión del “banofee”, una propuesta típica del Reino Unido pero que es muy habitual en el Campo de Gibraltar, por su relación con la colonia inglesa.
Cinco Sentidos está en la avenida Almirante León Herrero número 6. Sus teléfonos son el 685253016 y el 657745888. Abrent todos los días en horario de tapeo al mediodía y por la noche, excepto domingos por la noche y lunes completos.
Nota: Tanto el cocinero Antonio Caramé como el jefe de sala Fran Reguera no están en el establecimiento desde junio de 2015.